François Ozon
De casualidad. Te encuentras por casa, haciendo básicamente nada y alguien te propone ir a ver unos cortos. El director es francés, dice. ¿Cómo se llama?. Ozon, François Ozon, ¿no te suena?. De nada.
Con esa gran habilidad de calcular mal el tiempo y las distancias, llegar corriendo al cine es típico. La sala, una de esas pequeñas y entrañables del centro.
Cinco euros si llevas el carné de la biblioteca.
El primer corto lleva un minuto rodando, así que te sientas donde puedes. ¡Mierda! una cabeza. Empiezas a moverte en busca del punto justo para ver bien y no romperte el cuello.
En la pantalla Bruno (Louis Garrel) y Pierre (Mathieu Amalric) hablan sobre la impuntualidad de la novia del primero. Si tarda más de 45 minutos la dejará. Es Un lever de rideau (a curtain raiser) (2006, 30 min) el último corto del francés. Le seguirán el angustioso Regarde la mer (1997, 52 min) y el simpático Une robe d’été (1996, 15 min).
Aquí os dejo la escena inicial de Une robe d’été.
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