Repeater
No es nada nuevo que una se sienta un número. Para poder conectarme he tenido que escribir mi NIU (Número de Identificación Universitario). Mi DNI me asigna otro... un número largísimo que tarde o temprano todos nos aprendemos de memoria. Cuando mis padres hablan de sus hijos, dicen que soy la primera...
Son curiosos los números. Por ejemplo, si hablamos de dinero cuantas más cifras mejor, pero si hablamos de una clasificación todos queremos el más pequeño de los números. Dicen que tres es multitud, pero si sólo tengo tres judías para cenar me muero de hambre...
¿Qué número de veces debe repetirse un fenómeno para que se considere preocupante? ¿Podéis imaginar la impotencia y ansediad que sentía Phill?
Yo si.
Fui a comer al piso. A esas horas no hay nadie, así que aprovecho para poner la radio (mis compañeros son teleadictos). Tengo la (in)sana costumbre de comer como un rayo y por eso siempre me siento un ratito en el sofá. No tenía que irme hasta bastante más tarde y no tardó en aparecer el eterno cansancio acumulado. Como no estaba cómoda me levanté medio atontada y me fui a mi habitación. Al llegar me encontré a mi compañera de piso en la puerta de su cuarto.
- ¡Ostias! No sabía que estabas aquí, ¿si que has vuelto pronto, no?
- Si, hoy he terminado antes.
- Aps... me voy a la cama que me muero de sueño...
Y me dormí.
De repente abrí los ojos y estaba aún en el comedor, tumbada en el sofá. Lo había soñado... Esta vez decidí levantarme de verdad. Me fui a mi habitación, pero al llegar me extrañó ver la ventana cambiada de pared... pero no le di importancia al detalle. Tenía demasiado sueño y me puse a dormir.
Abrí los ojos de nuevo... seguía en el sofá con la radio puesta. No me podía creer que me hubiese pasado dos veces lo mismo. Pero esta vez, medio sonámbula, sí me levanté. Caminé por el pasillo mirando si había alguna cosa rara que me indicara que estaba soñando, pero no había nada fuera de lugar. Llegué a mi cama y cuando había cerrado los ojos de nuevo, pensé "joder... si que he puesto fuerte la radio... la oigo desde aquí" No sé si dormí un rato o si fue al instante, pero volví a abrir los ojos y seguía en el comedor, tumbada en el sofá y con la radio puesta. ¡No lo podía creer! Estaba flipando... Me levanté de nuevo y, con la angustia e impotencia de quien no puede hacer nada para salir de ese bucle, me dirigí a mi habitación.
Cuando abrí los ojos estaba en mi habitación y no sabéis el alivio sentí…
Sólo se repitió tres veces, número suficiente para dejarme preocupada durante un buen rato... por otro lado, lo de ser un número ya dejó de preocuparme hace tiempo... pero jode.