Quedamos arriba para bajar toda la Rambla Catalunya. No sé en que momento me dejé engañar o si no andaba yo en mi sano juicio cuando claudiqué a tal loca propuesta, porque en Sant Jordi eso es lo peor que puede hacerse... pero fuí.
No tenía la más mínima intención de comprar nada, a no ser que de casualidad encontrara algo que realmente mereciera 15 codazos, 37 pisotones y la paciencia de un santo... pero de repente nos topamos de morros con la práctica, ligera y carísima tecnología moderna.
Era el stand de un editorial y lo que parecía una cinta corredera transportadora de gente quedó automáticamente trucada por nuestro "¡oh, mira! libros digitales...". Rápidamente tiramos del freno de mano creando una pequeña retención en el Km o'5 de la R-Cat. Atento, un señor del editorial se acercó con un e-book en mano y nos estuvo ilustrando con todos los maravillosos pros del aparatito. Parece práctico, eso si. Acabada la demostración entramos de nuevo en la caravana humana dirección mar y E, de família del ramo de la impresión, soltó un "esto nos va a arruinar...".
Pero los libros digitales no acabarán con los libros en papel, de la misma forma que el mp3 no ha acabado con los discos en vinilo ni en cd. Siempre hay quienes preferimos el formato físico, sobretodo para disfrutarlo en casa. Necesitamos poder cogerlo, mirarlo, llenar estanterías... no basta sólo con el contenido, aunque si es verdad que nos hemos vuelto más exigentes.
Bueno... todo este rollo viene porque la semana pasada se publicó en España el elepé debut de The Pains of Being Pure at Heart. Discazo del momento que hace días corre en mp3 por el reproductor....
y no dudéis que en breve podré tocar, mirar y buscarle un rinconcito...
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