Rosas marchitas
Los proyectos de Matt Elliot siempre me hacen pensar en rosas marchitas. Pero hoy no tengo muchas ganas de escribir y además no hace falta hacerlo cuando alguien lo ha hecho ya. Es decir, cuando alguien ha escrito tus mismísimas palabras y mejor de lo que una misma lo haría. Así que allá va el texto de Javier Becerra publicado en Feedback-zine.
"The Third Eye Fundation fue uno de los proyectos de avant-rock más excitantes de la pasada década, de los pocos en llevar las enseñanzas de My Bloody Valentine un poco más allá de donde lo había dejado Kevin Shields en el monumental “Loveless”. Lo hicieron a zarpazos de drum'n'bass en una de tantas bizarras mixtificaciones propias de una época (mediados de los 90) y un contexto (la Inglaterra subterránea de la era brit-pop, la de Autechre, Bark Psychosis, Main, Disco Infierno, etc…) donde se tomaba la música en toda su amplitud como un vehiculo lúdico hacia regiones insólitas e inexploradas y que, teniendo en cuenta la cantidad, calidad y singularidad, tarde o temprano, se redescubrirá con la misma pasión que hoy miramos el legado oculto de visionarios como Silver Apples o Sagittarius.
Tras la nomenclatura The Third Eye Fundation estaba nuestro hombre, Matt Elliott , quien con el cambio de década decidió presentarse con su nombre real en el soberbio “Mess We Made” (Domino, 2003), un giro total en su trayectoria que radicalizaba, aún más, su postura artística. Como quitándole el post- al “The Cyle Of Days And Seasons” de Hood y sumergiéndolo en un clasicismo fantástico, tétrico y decadente, Matt Elliott se tiraba así una vez más a un vacío en el que pocos lo podrían oír sin salir corriendo. Todo un desafío musical y emocional que, eso sí, quienes se quedaron no dudaron en calificarlo de obra maestra. En ese trabajo aterrizaba en un nuevo territorio de pianos polvorientos y fantasmales voces resquebrajadas, dramáticas dentro de orquestaciones que, ocasionalmente, cintaban a su pasado ruidista y ritmos de urbana violencia. En el segundo tramo de éste, sin embargo, surgían temas como “The sinking ship song” o “Forty days” que alimentaban en su interior un ambiguo sentimiento de celebración de la tristeza propia de tabernas decadentes que parecían tener ancestros centenarios y una arrebatadora fuerza espiritual. Ahí estaba la semilla de “Drinkin songs” (Acuarela, 2005)
El nuevo trabajo de Matt Elliott es la extensión de todo aquello. Frente a la borrosa portada de “The Mess We Made”, ahora un grabado ilustra al bebedor con los ojos cerrados y un pitillo humeando en la sien, entregado a la introspección mientras los ceniceros se llenan y las botellas se vacían. A su lado, un inquietante gato negro mira desde la esquina de una taberna de principios de siglo. Es la cubierta de un disco en el que Plastikman, Leonard Cohen y los citados Hood se citan para emborracharse y conjurar dentro de un mismo cuerpo. La mirada introspectiva y epidérmica del primero (¡esas voces!), ese inconfundible y decadente sabor a vals de duermevela del canadiense y, por último, el ímpetu experimental de los terceros, amparados bajo la atmósfera del folklore de los países del Este (lo dice el propio Elliott y nosotros, aunque no tengamos ni idea, le creemos) acuden al encuentro, mientras se abre la caja de los fantasmas para que éstos se bañen en alcohol y se evaporen con él."
En octubre tendremos a Matt Elliott por aquí presentando "Drinking Songs":
07 de octubre Orotava (Festival Orotava Contemporánea Alternativa)
13 de octubre Tarragona (Sala Zero)
14 de octubre Murcia (12 y medio)
15 de octubre Castellón (Ricoamor)
16 de octubre Madrid (Café de la Palma)
21 de octubre Elorrio (Arriola)
29 de octubre Huesca (Festival Periferias)
"The Third Eye Fundation fue uno de los proyectos de avant-rock más excitantes de la pasada década, de los pocos en llevar las enseñanzas de My Bloody Valentine un poco más allá de donde lo había dejado Kevin Shields en el monumental “Loveless”. Lo hicieron a zarpazos de drum'n'bass en una de tantas bizarras mixtificaciones propias de una época (mediados de los 90) y un contexto (la Inglaterra subterránea de la era brit-pop, la de Autechre, Bark Psychosis, Main, Disco Infierno, etc…) donde se tomaba la música en toda su amplitud como un vehiculo lúdico hacia regiones insólitas e inexploradas y que, teniendo en cuenta la cantidad, calidad y singularidad, tarde o temprano, se redescubrirá con la misma pasión que hoy miramos el legado oculto de visionarios como Silver Apples o Sagittarius.
Tras la nomenclatura The Third Eye Fundation estaba nuestro hombre, Matt Elliott , quien con el cambio de década decidió presentarse con su nombre real en el soberbio “Mess We Made” (Domino, 2003), un giro total en su trayectoria que radicalizaba, aún más, su postura artística. Como quitándole el post- al “The Cyle Of Days And Seasons” de Hood y sumergiéndolo en un clasicismo fantástico, tétrico y decadente, Matt Elliott se tiraba así una vez más a un vacío en el que pocos lo podrían oír sin salir corriendo. Todo un desafío musical y emocional que, eso sí, quienes se quedaron no dudaron en calificarlo de obra maestra. En ese trabajo aterrizaba en un nuevo territorio de pianos polvorientos y fantasmales voces resquebrajadas, dramáticas dentro de orquestaciones que, ocasionalmente, cintaban a su pasado ruidista y ritmos de urbana violencia. En el segundo tramo de éste, sin embargo, surgían temas como “The sinking ship song” o “Forty days” que alimentaban en su interior un ambiguo sentimiento de celebración de la tristeza propia de tabernas decadentes que parecían tener ancestros centenarios y una arrebatadora fuerza espiritual. Ahí estaba la semilla de “Drinkin songs” (Acuarela, 2005)
El nuevo trabajo de Matt Elliott es la extensión de todo aquello. Frente a la borrosa portada de “The Mess We Made”, ahora un grabado ilustra al bebedor con los ojos cerrados y un pitillo humeando en la sien, entregado a la introspección mientras los ceniceros se llenan y las botellas se vacían. A su lado, un inquietante gato negro mira desde la esquina de una taberna de principios de siglo. Es la cubierta de un disco en el que Plastikman, Leonard Cohen y los citados Hood se citan para emborracharse y conjurar dentro de un mismo cuerpo. La mirada introspectiva y epidérmica del primero (¡esas voces!), ese inconfundible y decadente sabor a vals de duermevela del canadiense y, por último, el ímpetu experimental de los terceros, amparados bajo la atmósfera del folklore de los países del Este (lo dice el propio Elliott y nosotros, aunque no tengamos ni idea, le creemos) acuden al encuentro, mientras se abre la caja de los fantasmas para que éstos se bañen en alcohol y se evaporen con él."
En octubre tendremos a Matt Elliott por aquí presentando "Drinking Songs":
07 de octubre Orotava (Festival Orotava Contemporánea Alternativa)
13 de octubre Tarragona (Sala Zero)
14 de octubre Murcia (12 y medio)
15 de octubre Castellón (Ricoamor)
16 de octubre Madrid (Café de la Palma)
21 de octubre Elorrio (Arriola)
29 de octubre Huesca (Festival Periferias)
4 Comments:
Confirmado. Cuando no te da la gana escribir y cortas y pegas, no te comenta nadie... me da pena ver ese cerito.
Las gominolas, después de la panzada que me pegué un día que me dio por dejar de fumar y me hinché a moras de gominola, me dan arcadas. Sorry.
Pero tienes razón en los fantasmas... y no, no... no tengo ganas de fantasmas. A ver si superas el Fistful of Love... ¿no tenias un disco por escuchar? Me tienes mordiendome las uñas...
1:18 p. m.
Pues si, no tenía ganas de escribir ni quería que Shere Kan fuese mi último post. Hasta estube a punto de borrarlo.
Y lo de "corta y pega", pues quizás tengas razón, no lo sé, pero no creo que tenga nada que ver. A mi ese artículo me parece cojonudo, sobretodo para quien no sepa quien és Matt Elliott. Me encanta su música.
;*
gracias por quitar el cero... ;P
3:52 p. m.
Querida,
no es cierto, por mi parte, lo del corta-pega-cero... es que no tengo internet, las circunstancias-bolivia-etc..-
se me ha roto el corazón con Shere Kan.
me compré, hace decenios, un ´disco´ -je- de My Bloody Valentine, me rallaba mucho. luego llegué a Third Eye Fundation, más tarde, pero no me alcanzó. no sé.
me encanta el tipo de la foto y la foto.
mucho más, pero ya lo sabes.
preciosa dj arckh
bellota
8:03 p. m.
lo se Bellotita!
no te preocupes!!
a mi My Bloody Valentine me gustan, pero Third Eye Fubdation muchísimo más... de hecho todos los proyectos de Matt Elliott... me identifico muchisimo con su música. Rosas marchitas.
;*
4:49 a. m.
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